Ruby Bridges
El 14 de noviembre de 1960, Ruby Bridges de seis años de edad caminó las pocas manzanas desde su casa hasta la escuela pública de Willian Frantz en Nueva Orleans, Luisiana.
La seguían las cámaras de TV.
Gente enojada agitaba carteles viles, gritaban a la pequeña niña afroamericana con su lazo en el pelo, y la amenazaban con hacerle daño.
El Presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, había ordenado a los alguaciles federales armados mantener a raya a la turba enfurecida mientras Ruby caminaba hacia la escuela. Ni la policía de la ciudad ni del estado la ayudaría. Los alguaciles tenían que amenazar con arrestar a la gente para mantener a la turba bajo control.
Ruby no dijo nada. Ella simplemente caminó hacia la escuela con su cabeza bien alta, tan erguida como su madre le dijo que debería ir.
Ruby era una de las cuatro niñas afroamericanas que la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP) había elegido erradicar una vieja ley del estado de Luisiana que decía que los niños blancos y negros tenían que ir a escuelas diferentes. Un juez de EE.UU. dijo que la ley de Louisana de mandar a niños negros a una escuela diferente, incumplía la ley de EE.UU. Canceló la injusta ley del estado, permitiendo así que los niños blancos y negros asistan a las mismas escuelas. Ruby aceptó el papel de ser la primera niña afroamericana en estudiar en una escuela para blancos.
Pero las leyes no cambian a la gente. La gente cambia a la gente.
Ese primer año, Ruby fue la única niña en su clase. ¡Durante meses fue la única niña en la escuela! Las madres y padres no querían que sus niños fueran a la escuela con una niña negra y no permitirían que sus niños fueran a la misma escuela que Ruby.
Ella no tenía con quien jugar, nadie con quien estudiar, nadie con quien almorzar, pero fue a la escuela e hizo su trabajo con una sonrisa en su cara. No permitió que el odio de los demás le impidiese hacer lo que ella consideraba su derecho. Ruby aprendió a leer y a escribir en una aula vacía en un edificio vacío. Un día su maestra, Mrs. Henry, vio a Ruby parar y girarse. Pensó que Ruby estaba diciendo algo a la turba. Cuando Mrs. Henry preguntó, Ruby dijo, “no estaba hablando, estaba rezando…
Cada día en su camino a la escuela, antes de llegar ante la turba que gritaba, Ruby rezaba una plegaria. Ese día se había olvidado hasta de que estaba en medio de la turba. La gente se sorprendió cuando Ruby se paró en el paso de peatones y rezó su plegaria en voz alta, como si no hubiera un alma alrededor: “Por favor Dios, trata de perdonar a estas personas. Pues aunque ellos dicen esas cosas malas; no saben lo que están haciendo. Así podrás perdonarles, lo mismo que hiciste con aquellos pueblos hace mucho tiempo cuando dijeron cosas terribles acerca de ti”.
El padre de Ruby era conserje. Su madre trabajaba en la limpieza en un banco después de acostar a los niños en la cama por la noche. A pesar de que ambos padres trabajaban, la familia de Ruby a veces pasaba hambre. La madre de Ruby llevaba a sus hijos a la iglesia cada domingo desde el día en que nacieron. Quería que estuvieran cerca de Dios desde el comienzo. Ruby estaba siendo muy valiente. Fue a la escuela cada día, hizo su labor y nunca se quejó. Toda su familia rezó para infundir fortaleza, para vencer cualquier dificultad que pudiera acontecer a causa de la decisión del tribunal. Ambos padres estaban orgullosos de que Ruby hubiera sido elegida para hacer historia.
Después de unos pocos meses, dos niños blancos regresaron a la escuela, luego algunos más regresaron. Sus padres no estaban de acuerdo que por el hecho de que hubiera una niña negra en su escuela, fuera una buena razón para impedir que sus hijos tuvieran una buena educación.
Al año siguiente la turba enfurecida desistió de intentar asustar a Ruby para que abandonase su escuela. Ruby acabó su enseñanza básica en Franz y fue a graduarse en el instituto. Años más tarde la madre de Ruby miró hacía atrás sobre las experiencias de su hija y dijo: “Nuestra Ruby nos enseñó a todos un montón. Se volvió alguien que ayudó a cambiar el país. Fue parte de la historia, al igual que los generales y presidentes son parte de la historia. Son líderes, y así fue Ruby. Nos apartó del odio, y nos hizo acercarnos para que las personas blancas y negras se conocieran mejor”.
La historia de Ruby Bridges apareció en la pintura de Norman Rockwell, El problema con el que todos vivimos, y en el libro de Robert Coles La historia de Ruby Bridges. Ella también publicó su propio libro, A través de mis ojos.
Actualmente Ruby da discursos en muchas escuelas y eventos por todo el país para contar su historia y difundir su mensaje de que deberíamos querer a toda la gente, sin importar su color. Ruby inició la Fundación no lucrativa Ruby Bridges para difundir la creencia de que los prejuicios y el racismo se pueden eliminar mediante la educación e inspiración de los niños. “El racismo es una enfermedad creciente”, declaró “y debemos parar de usar a nuestros niños para difundirlo”.
