Dr. Muhammad Yunus
En ocasiones los movimientos filantrópicos verdaderamente grandes tienen comienzos sencillos. Como hijo de padres ricos en Bangladesh, Muhammad Yunus, gracias a su madre, aprendió a ayudar a la gente pobre. De su líder de los Boy Scouts, Quazi Shahib, aprendió a valorar a los buenos amigos, el liderazgo, a formar parte de un grupo, a pensar por sí mismo, y a trabajar duro.
Estudió duro y se ganó una beca en la universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, donde recibió su doctorado en economía. Cuando regresó a Bangladesh y comenzó a enseñar economía en la Universidad, descubrió que las ideas que había aprendido y estaba enseñando a sus estudiantes no ayudarían a la gente pobre de su país.
Era 1974 y el hambre había matado más de un millón de personas en Bangladesh, así que, el Dr. Yunus decidió explorar las aldeas pobres para ver lo que podía hacer. A un lado de la carretera el Dr. Yunus se encontró con una mujer muy pobre de 21 años que se llamaba Sufia Begum, que estaba tejiendo cestos de tiras de bambú. Cuando habló con ella, descubrió que ella tuvo que pedir prestado dinero para pagar su bambú a un hombre de negocios rico que compraría sus cestos cuando ella terminara de hacerlos. El hombre de negocios le cobraba a la mujer un montón de dinero por el préstamo; hasta diez centavos por cada dólar, ¡cada semana!
Cuando la mujer acababa su trabajo, compraba más bambú, y con la devolución del dinero prestado, ¡ella sólo ganaba dos centavos por cesto! El hombre de negocios se quedaba con todo el beneficio.
El Dr. Yunus se dio cuenta que si esta mujer tuviera un poco de dinero, doce dólares, ella podría comprar su bambú a un precio barato, ganar mucho más dinero y ya no necesitaría más al codicioso hombre de negocios.
Yunus le prestó dinero de su bolsillo, y confió en que ella se lo devolvería. Sus amigos le dijeron que jamás vería su dinero de nuevo. Pensaban que lo estaba donando con falsas esperanzas. ¡Mira por donde!, un poco después, la mujer le devolvió cada céntimo.
Su vida fue mejor. Era más independiente y no tan pobre. Ella y su familia estaban cambiando su propia condición. Había esperanza después de todo.
El Dr. Yunus comenzó a organizar a las mujeres del pueblo en grupos de solicitantes de préstamos. Esto fue difícil al principio. No querían tomar prestado sin estar seguras de que lo podrían pagar. Pero cuando una tras otra comenzaron a tener éxito, la idea se contagió.
El Dr. Yunus intentó que los bancos normales se interesaran y se encargaran del proyecto pero creían que la gente pobre no era capaz de devolver el dinero y los bancos querían hacer dinero. Los préstamos personales del Dr. Yunus funcionaron para una pequeña aldea pero no era suficiente ayudar a una aldea. En 1974 decidió crear un banco independiente para la pobreza pero los bancos no creían en la idea.
Afortunadamente, se reunió con Abul Maal Abdul Muhith, que se convirtió más tarde en Ministro de Finanzas de Bangladesh. Mr. Muhith ayudó al Dr. Yunus estableciendo el Banco Grameen en 1983 con la idea de que a los más pobres de entre los pobres se les deposite confianza con “micro-créditos” (pequeños préstamos sin nada excepto la promesa de la persona de que los devolverá). La presión de pertenecer a un grupo de prestatarios ayudó a asegurar de que el dinero era devuelto.
Al principio, el Dr. Yunus quería dar la misma cantidad de préstamos a los hombres y mujeres, pero se encontró que las mujeres devolvían el dinero mejor. Actualmente el 94 por ciento de los clientes del banco son mujeres. La mujer gasta el dinero para apoyar a toda su familia.
El Banco Grameen creció hasta servir a 36.000 aldeas en Bangladesh, y dio micro préstamos para granjas de arroz, viveros de peces, préstamos para comprar casas, para hacer ropa, y otros pequeños negocios. Hoy día, es un gran éxito.
Como el Dr. Yunus lo expone, “no es la gente pobre la que no es digna de crédito, son los bancos que no son dignos de la gente”.
El Dr. Muhammad Yunus es un verdadero héroe para los pobres en su propio país y en todo el mundo. Hizo tanto, que recibió el Premio Nobel de la Paz en el 2006.
Los héroes se convierten en héroes mediante ver las condiciones tal como son y observarlas por sí mismos, con una actitud de: “¿Qué puedo hacer yo al respecto?” en lugar de “¿Qué es lo que pueden hacer ellos al respecto?”
